Hay historias de vida que merecen ser contadas. Tal es el caso de Emiliano Espíndola de 71 años, quien se dedica actualmente a la venta de cítricos, principalmente naranjas y mandarinas, aunque a veces también vende limones. en un puesto callejero ubicado en calle 8 esquina 3 del centro de la ciudad de Sáenz Peña.

Hace medio año atrás, su vida era otra. Se lo podía observar pidiendo limosna afuera de un cajero ubicado en el mismo lugar donde ahora tiene su puesto. "De lunes a viernes estaba aquí afuera del cajero. Y sábado y domingo afuera de la Catedral. Fueron tiempos muy duros" recordó en diálogo con Eres Chaco.

Emiliano, está separado y tiene un hijo de 12 años. Trabajó durante 4 años en una Frutería. "Gracias a Dios estoy sano, bien de salud ahora. Estuve internado en el Hospital casi 2 meses y salí adelante. Luego me llevaron al Hogar de Ancianos San Roque. Y después empecé a hacer mi trámite para ser jubilado. A un abogado tuve que pagar 15 mil pesos para poder cobrar mi sueldo de jubilado. Y ahora con lo que cobro, invierto en las frutas" relató. Asimismo comentó entusiasmado: "Se vende, se vende. Cuando está lindo y hace calor se vende, aunque con el frio también. Tengo muchos clientes".

"Cuando cobré la jubilación, dije ¡ya no pido más!... Las naranjas que vendo son dulces. Una señora, como le dije que las naranjas eran dulces, dijo ^¿y qué hago entonces, si son tan dulces le pongo al mate?^" comentó Emiliano con una gran sonrisa.