El 26 de diciembre Gisela Depertuis apareció muerta sobre su cama con un tiro en la cabeza. Lo primero que le dijo a la policía a su familia cuando llegó al lugar es que se había suicidado y caratularon la causa como "averiguación de muerte". Pero ellos nunca lo creyeron. No sólo porque la joven de 32 años, policía, jamás había dado signos de depresión o características suicidas, sino porque cuando ingresaron a la vivienda vieron que en la habitación había más de un disparo y signos de enfrentamiento.
Jésica, la hermana de Gisela, y su marido no dudaron ni un momento que Jonathan Giuliano, con quien Gisela convivía desde hacía casi un año, tenía algo que ver con el crimen. “A nosotros no nos contó, pero cuando empezó a intensificarse la investigación amigas de Gisela de la policía empezaron a contar que sabían de la existencia de golpes de parte de Jonathan”, explicó a minutouno.com la hermana de Gisela.
Gisela Depetuis tenía 32 años, era chaqueña y trabajaba como policía bonaerense
El abogado Jorge Sibau se presentó junto con la familia como principal damnificado y comenzaron a presionar en la investigación. Fue entonces que personal de la DDI de la Plata amplió la pericia balística y confirmaron que lo que había pasado en el lugar había sido un homicidio y no un suicidio como se pensó en un primer momento.
La difusión del caso impulsó el pedido de detención que fue autorizado por el juez.
Este martes, un grupo de la investigación de homicidios de la PFA realizó una serie de allanamientos tanto en diferentes domicilios vinculados con el acusado que dieron negativos. Tampoco se encontraba en la policía comunal de Ezeiza en Tristán Suárez donde trabajaba.
Giuliani finalmente se entregó hoy por la tarde, después de casi 24 horas prófugo. Será indagado por la fiscal a cargo del caso.
La causa está caratulada de homicidio agravado por el vínculo y uso de arma de fuego, pasará a manos de la UFI 3 especializada en violencia de género de Ezeiza cuya titular es la fiscal María Lorena González.
Fuente minutouno