Tres años y medio de causa, cuatrocientos catorce días de juicio, dos años y medio de preventiva, cuatro defensores, siete querellantes, ochenta y tres testigos, un imputado. Un imputado que fue alguna vez un ídolo de la música. Cristian Aldana corría de punta a punta en los escenarios y rugía en micrófonos del país y el mundo. 22 años de pena por el delito de corrupción de menores.
Desde el día en el que las denunciantes de Cristian Aldana dejaron de ser la una para la otra el recuerdo de adolescentes y pasaron a ser adultas, tomadas de la mano, rompiendo el silencio sobre el pasado y juntas, la historia de muchas mujeres y adolescentes en Argentina se transformó. Conllevó una consigna concreta: no callarse más. “Los Aldana son lo normal, el cáncer somos nosotras”, decía Ariell Carolina Luján en la segunda audiencia del juicio, una mañana fría de mayo de 2018. Su voz, a lo largo del proceso, se volvió más grave. Más dura.
Fuente Cosecha Roja