Nota de Opinión a cargo del Doctor Mario Luis Picolli
El optimismo es un hábito positivo, construido racionalmente. Impulsa los
estados emocionales permitiendo la creatividad y el entusiasmo, condiciones
anteriores y necesarias para la felicidad.
El Optimismo alienta la conducta positiva, los impulsos más humanos y las
condiciones del sentido de la vida y del proyecto de vida cumplible, sostenible
y progresivo en el tiempo.
Ser optimista no es ignorar los aspectos negativos de la vida que los hay.
Si la persona quiere ser negativa tiene todo servido para serlo. Las personas
optimistas se destacan por características como ser realistas, se automotivan,
se valoran, luchan por lo que quieren, se respetan a sí mismos, son sinceras,
viven el presente, entre otras.
Tener la capacidad de descubrir en
los recodos de la vida lo positivo, que hay gracias a Dios, es mucho más que lo
negativo. Por ejemplo, los medios de comunicación de mercado dominante señalan
las cosas negativas. ¿Por qué? Porque se creó un morbo cultural que sostiene
que las cosas negativas son noticia y que es lo que la sociedad en su mayoría quiere consumir.
Los millones de personas que vuelven a su casa luego de trabajar no es
noticia. Más un accidente donde personas pierden la vida, es incansablemente
repetido. En esta lógica la noticia es lo negativo, pero en realidad lo bueno
es mucho más.
En la metáfora “ser optimista es ver el vaso medio lleno y no la parte
vacía de la vasija”. Cuando te encontrás con la gente en la calle ves que se
queja de todo, del tiempo, del gobierno, de lo corrupto que es tal o cual, del
calor, del frío, etc.
Si algo nos dejó como legado la Filosofía del lenguaje en el siglo XX, es
que el lenguaje no es solo vehículo del pensamiento, sino que además crea una
estructura mental. Hasta el punto que lo que decimos finalmente lo terminamos
creyendo. Este es uno de los elementos que suma para constituir una sociedad pesimista. En
definitiva, conspiramos contra nosotros mismos, tenemos generalmente un boicot,
contra nuestra propia felicidad.
Pero, ¿cómo lograr ser optimista?. En primer lugar, buscando las cosas
positivas que vivimos a diario, que son muchas y continuas. Las cuales en gran
medida nos sorprenden porque no somos conscientes. En segundo lugar, siendo agradecidos. Agradecer
nos abre a la infinita experiencia del disfrute por lo que somos, lo que
logramos y los proyectos que tenemos a futuro. Agradecer por la mañana cuando
nos levantamos, pensar que hermoso será ese día, productivo, luminoso y pleno. Por
la noche, agradecer todo lo que se vivió, durante el día.
Si miramos en la perspectiva histórica, vemos que la humanidad, que ciertamente
tiene muchos problemas, avanza, se desarrolla y está en constante movimiento.
Hoy en ninguna sociedad se acepta mayoritariamente, ni la esclavitud, ni la hoguera,
ni el holocausto, ni las dictaduras militares. Hay un avance hacia el bien en círculos
de recurrencias hacia mayores formas de perfección. Es decir que habrá acciones,
hechos, circunstancias que pueden volver a presentarse o a ocurrir con
frecuencia.
El optimismo es el valor que nos ayuda a
vivir con buen ánimo. Es lo que nos alienta a vivir con entusiasmo,
confiando en nuestras capacidades y posibilidades personales y del grupo que
convive en nuestra historia. Es salud física, mental y espiritual. Depende de
nosotros construirlo de modo personal, familiar y comunitario.
Por Germán Oestmann Rector de Uncaus.
El Abogado Aldo Daniel Ávila se expresó respecto a la polémica fotografía tomada al termino de un Juicio por Jurados en Sáenz Peña.
Nota del Rector de Uncaus, Germán Oestmann.
Por Hugo Sager Diputado Provincial del Frente de Todos Chaco.