“El gobernador buscó todas las alternativas para no llegar a la suspensión de la cláusula gatillo”, dijo Naidenoff en NG Federal, reconociendo lo inevitable: que el ajuste llegó y lo pagarán los trabajadores. Lo que no mencionó es por qué, mientras se recorta el salario docente, se destinan millones para fiestas, cabalgatas y viajes oficiales al exterior.
Las palabras de la ministra se contradicen con la promesa de campaña del gobernador Zdero, quien afirmaba que los docentes iban a ser “respetados y bien pagados”. Hoy la realidad muestra todo lo contrario: con salarios congelados y una inflación que no se detiene, la eliminación de la cláusula gatillo significa condenar a la docencia al empobrecimiento.
Los comentarios en redes sociales no tardaron en estallar: “Para la cabalgata hay plata, para contratar Ñoquis hay plata, para que la ministra viaje de vacaciones a Corea con el hijo hay plata”, señaló un usuario, resumiendo el sentimiento general de bronca y desilusión.
Mientras tanto, desde el Gobierno se insiste en que “la educación no puede esperar”, aunque sí parece poder esperar la dignidad de quienes la sostienen día a día en las aulas. La incoherencia de priorizar el marketing político y los actos protocolares sobre los derechos laborales deja en evidencia una gestión que elige ajustar por el hilo más fino: el salario del docente.
Zdero prometió respeto. Hoy entrega ajuste.
Que Hay de Cierto
Redes sociales:
Comentarios:
Más noticias: