Cuando se trata de nuestros cuerpos y de nuestras vidas. Por la profesora Andrea Fabiana Schaffer
Luego
de semanas donde se tratara el tema de la prostitución en los medios
nacionales, a raíz de la desafortunada manera en que la cantante Jimena Varón
eligiera promocionar una nueva canción, quedó instaurada la discusión, un tanto
banalizada por el ambiente televisivo en algunos casos, sobre la regulación y
el abolicionismo. Quienes estamos
abiertamente a favor de la abolición del sistema prostituyente argumentamos que
la situación de “comercio sexual” significa poner al acto fuera de la
reciprocidad, enmarcado en un profundo desbalance de poder entre el “cliente” y
quien ofrece este “servicio”, dejando desprovista de derechos a la prostituta y
susceptible a las violencias que el sistema prostituyente ( no solo hablamos del varón prostituyente
sino de un sistema que permite, habilita y propicia estas violencias).
Estando
sentada en casa, recibo una foto de parte de una compañera, que esperando el
colectivo, se encuentra con una publicidad de prostitución que constaba en el
nombre de la mujer, una fotografía sugerente y el precio de sus servicios: $50.
La imagen fue fuertemente indignante. Sabemos por parte de los relatos de las
compañeras que ejercen la prostitución que a menudo deben enfrentarse a todas
aquellas prácticas que el prostituyente no está habilitado en sus relaciones de
pareja, donde existe cierta reciprocidad. No golpearían salvajemente o harían
prácticas que provoquen dolor o daño psicológico a su pareja. Eliminando la
reciprocidad de la ecuación, dejándolo al libro comercio entre el comprador y
lo comprado, en una situación de desbalance de poder, quedan sin ataduras las
violencias que se cometen contra las mujeres en situación de prostitución. Es
en imágenes como esta, pequeños recortes de una realidad abismalmente cruda,
cuando nos damos cuenta de que el mito de la libre elección o todo lo que
implique libertad, no es más que una falacia. En palabras de Sonia Sanchez, profesora,
activista feminista, sobreviviente de explotación sexual ( por favor, lean su
libro “Nadie nace para puta” si buscan un relato en primera persona) las
razones que arrastran a una mujer a la prostitución son la falta de vivienda,
de posibilidades de trabajo, de educación , de oportunidades, etc. En síntesis,
ante esta situación de vulneralibilidad, ¿de qué elección hablamos?.
Subo
a mis redes la imagen compartida, indignada y entre los comentarios de
indignación y pesar de las compañeras, recibo los comentarios de dos varones
banalizando la situación, incluso uno diciendo “que buena oferta”. Esto me
llevó a pensar en quienes son los usuarios de la prostitución. Siempre decimos
que sin clientes no hay trata, ya que creemos firmemente que el día que deje de
haber consumidores de cuerpos de mujeres, dejara de existir la trata con fines
de explotación sexual. Sin embargo, la
prostitución es normalizada constantemente por la cultura. Para explicar esto
podemos pensar en que el prostituyente ubica a la prostituta en el lugar de
objeto (como proceso cultural las mujeres y femineidades somos objetivadas
constantemente), disociando cuerpo y persona, rengando de esta última, poniendo
ese cuerpo al servicio de su propio placer.
Al
estar expuestos de manera masiva a constantes procesos de objetivación de
nuestros cuerpos podemos preguntarnos ¿Quiénes son los clientes de la
prostitución y de la trata? Sonia Sanchez diría “ son nuestros maridos,
nuestros novios, nuestros hermanos y amigos…” para expresar que todos aquellos
que han sido socializados por la cultura que nos objetiva y por la sociedad de
mercado son población con grandes posibilidades de convertirse en consumidores
No
podemos quedar indiferentes ante los discursos que sostienen y avalan el
consumo de los cuerpos como objetos de intercambio comercial y los mecanismos de captación, coerción y
explotación. Es necesario implantar el tema e ir hasta sus raíces, convertirlo
en tema de discusión (seria) para instaurar sobre todo en esta nueva generación
una población de no consumidores.
*Por la profesora Andrea Fabiana Schaffer Diplomada en Género y Dversidad Sexual
Nota de Opinión de la concejal saenzpeñense Daiana Pereyra del Frente Chaqueño.
Nota de Opinión escrita por la diputada Mariela Quirós.
Por Germán Oestmann Rector de Uncaus.
El Abogado Aldo Daniel Ávila se expresó respecto a la polémica fotografía tomada al termino de un Juicio por Jurados en Sáenz Peña.