El amor malsano parece ser uno de los peores vicios de nuestra época. 
Hace unos días nos anoticiamos de un femicidio que tenía algo de particular. El femicida,finge en cámara avisarle a su novia que sale de la casa (siendo que esta ya había sidodegollada por el). La frialdad de este acto, desgraciadamente no es novedad. Cuentan,quienes conocieron este vínculo, que los jóvenes tenían una relación tumultuosa peroque la víctima había manifestado que “el amor todo lo puede”.La creencia anterior, ha llevado desgraciadamente a muchas mujeres a latumba. Según el Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano , refleja en susinvestigaciones sobre el año 2018 que en el 89% de los hechos los femicidas eranvarones con quienes las víctimas tenían un vínculo, lazo familiar o conocimientoprevio.Hablemos entonces de porque la idea de que el amor todo lo puede, sostienelas estructuras violentas que permiten maltrato hacia las mujeres. La idea que nuestracultura y nuestra sociedad tiene del “amor” y de las relaciones contractuales que segeneran a partir de este, está basado en la desigualdad que existe entra los miembrosde la pareja. No es para nadie desconocido que las obligaciones que contrae unamujer dentro del vínculo romántico ni del vínculo familiar, al momento de acceder aformar una pareja o una familia, son distintas a las de un varón. Así también lo son,las condenas sociales.Podemos citar como ejemplo de lo anterior, que es casi cultural que losvarones engañen y que se imponga hasta cierta responsabilidad de este engaño a lamujer ( se escucha decir: no lo cuidaba bien, por eso se le fue con otra). Sin embargo,cuando una mujer es la que engaña, la condena social es mucho mayor. Otro ejemploque podemos mencionar, es que incluso hasta para nuestra legislación esrelativamente nueva la idea de que la violación puede generarse dentro delmatrimonio. Un alto porcentaje de mujeres manifiesta que más de una vez ha tenidoque mantener relaciones sexuales obligada, coaccionada y sin ganas, con su pareja.De hecho, hasta no hace mucho, todavía era causal de divorcio el “incumplimiento delos deberes conyugales”.Así podemos mencionar miles de ejemplo, pero lo que nos atañe hoy, es cuanpeligrosos son estos factores de desigualdad que aún se mantienen y que permitenque muchas mujeres se mantengan en relaciones perniciosas, fundamentándose enque su pareja “va a cambiar por el amor” o que su deber como mujer es mantenersefielmente al lado de su compañero, pase lo que pase.Simone de Beauvoir decía: "El día en que una mujer pueda amar, no desde sudebilidad sino desde su fuerza, no para escapar de sí misma sino para encontrarse, nopara rebajarse sino para afirmarse - ese día será para ella, como para los hombres,
una fuente de vida y no de peligro mortal".Como conclusión a esto, solo puedo decir que para parar los femicidios y laviolencia de género e intrafamiliar, es necesario construir nuevos patrones culturales,que nos permitan amar de manera más sana y huir sin culpa, cuando la cosa sevuelva turbia.