Durante este año 2022, tuvimos dos conquistas en el fútbol que nos llenaron de alegría, esperanza y emoción: primero, la consagración del Club Atlético Juventud de Puerto Tirol, que se coronó campeón por primera vez en sus 80 años de vida; y luego, para cerrar el año y como broche de oro, el triunfo de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar, sumando así la tercera “estrella” para el país en la máxima competencia global. 

Detrás de cada éxito deportivo hay una labor que honramos profundamente y nos deja como enseñanza de vida: el valor del esfuerzo, la planificación y el trabajo en equipo.  

En cuanto al club Tricolor, destacamos el gran esfuerzo de todo el plantel de jugadores de la institución, que permitió el 9 de noviembre pasado ganar el Torneo Clausura de la Liga Chaqueña de Fútbol ante Resistencia Central por 4 a 3, coronándose campeón por primera vez en sus 80 años de vida.

Luego, el 16 de noviembre, Juventud de Tirol logró su segunda estrella deportiva con la copa Campeón de Campeones de la Liga Chaqueña de Fútbol, tras vencer al Club Atlético Regional –ganador del Apertura- por 4 a 2.

Estas victorias constituyen un trascendental logro deportivo para el equipo tirolero, reflejando la sinergia del trabajo conjunto entre el plantel de jugadores y el cuerpo técnica, que fue mucho más que cualquier individualidad, sumado al apoyo incondicional de toda la familia “funebrera”.

Todos esos logros locales, que disfrutamos y acompañamos, tuvieron un corolario de oro: la ilusión de lograr el triunfo mundialista de la Selección nacional fue incrementándose en los hogares de las y los argentinos. Tras vencer en seis de los siete partidos en el Mundial de Qatar, el 18 de diciembre Argentina disputó la final ante Francia, consagrándose campeón del mundo. 

Tras la victoria en el imponente Estadio Lusail, en ciudades y pueblos de nuestro país se encendió una de las manifestaciones populares más importantes de la historia nacional, algo que puede explicarse en los 36 años que han pasado desde que el equipo nacional pudo alzar el mismo trofeo en México ‘86.

Como deporte popular y arraigado en el pueblo argentino, el fútbol nos sigue dejando muchas lecciones. Al talento hay que sumarle constancia, disciplina, resiliencia, trabajo en equipo, sabiendo que los objetivos se logran paso a paso, que a veces hay derrotas en el camino y que es posible salir fortalecidos si se aprende de ellas; y pensar siempre en la unión, porque pesa más lo colectivo que lo individual.