En el marco de un operativo de fiscalización realizado en tres establecimientos dedicados a la producción de carbón vegetal, la Dirección General Impositiva (DGI), dependiente de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) llevó a cabo un terrible descubrimiento.
Al menos diez trabajadores, entre ellos dos menores de edad, eran sometidos a condiciones inhumanas. En base a lo indicado por el informe oficial, los peones dormían en carpas improvisadas sobre pallets de madera ubicados en la tierra, sin acceso a baños, agua potable ni energía eléctrica.
Entre los empleados había dos adolescentes de 15 y 16 años: todos percibían entre $150.000 y $200.000 mensuales, con un solo día de descanso cada veinte.
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